Friday, June 6, 2025

Chiles en Nogada desde 1920

El Convento de Santa Mónica y las Monjas Agustinas: Corazón Espiritual y Gastronómico de Puebla 


Ubicado en el corazón del Centro Histórico de Puebla, el Convento de Santa Mónica fue fundado en el siglo XVII como parte del auge religioso y cultural que vivió la ciudad durante el virreinato. 
Este convento, que albergó a la orden de las monjas agustinas recoletas, no solo fue un espacio de retiro espiritual, sino también un importante centro de preservación cultural y gastronómica. 
 A lo largo de los siglos, las monjas desarrollaron y perfeccionaron recetas que mezclaban ingredientes locales con tradiciones europeas, dando origen a una culinaria sincrética que hoy forma parte esencial del patrimonio intangible de Puebla. Entre estos platillos destacan los famosos chiles en nogada, diversos moles, y una amplia gama de dulces conventuales. 
 Durante el periodo de clausura, las monjas dependían de la colaboración de mujeres laicas que ingresaban al convento como ayudantes, cocineras o aprendices. Fue en este contexto donde muchas recetas fueron compartidas y transmitidas de forma oral y empírica, fuera del convento, permitiendo su preservación hasta nuestros días. 

 La Historia Oral de las Tatarabuelas de la actual familia Romero Téllez --> Romero 

De acuerdo con los relatos familiares transmitidos por generaciones, las tatarabuelas de la familia Romero Téllez fueron colaboradoras cercanas de las monjas agustinas del Convento de Santa Mónica.  Originarias del barrio de El Alto, estas mujeres formaban parte de las ayudantes externas que cruzaban los muros conventuales para participar en labores de cocina, bordado, limpieza y especialmente en la preparación de festividades religiosas. 

Se cuenta que una de ellas, conocida por el nombre de Doña Magdalena Téllez, ingresó como cocinera aprendiz alrededor de 1919, justo cuando el convento enfrentaba un momento histórico complicado tras los efectos de la Revolución Mexicana. Allí, junto a otras mujeres, fue iniciada en la preparación de una receta especial cuya base eran ingredientes regionales como el chile poblano, la nuez de castilla, la granada, el acitrón y el perejil. 

La receta, aunque no nombrada entonces como "chile en nogada", ya tenía los elementos que la harían emblemática. Junto con las tatarabuelas Téllez, también participaron activamente miembros de las familias Méndez y Morales, quienes desempeñaron funciones clave en la cocina conventual. 

Las hermanas Teresa y Dolores Méndez, expertas en la preparación de dulces de camote, y las primas Carmen y Mercedes Morales, reconocidas por su destreza en la elaboración de salsas y moles, aportaron técnicas valiosas que enriquecieron el recetario compartido por las monjas agustinas. 

La colaboración intergeneracional entre estas familias cimentó un legado culinario que trascendió el ámbito conventual. Tras el cierre de varios conventos y la reducción de la vida monástica en el siglo XX, estas mujeres llevaron consigo los saberes adquiridos. 

Fue así como la familia Mendez Morales y posteriormente Tellez Mendez comenzó a preparar dicha receta cada año como un acto de gratitud, memoria y fe. La tradición fue heredada por las hijas, nietas y bisnietas, hasta el presente, donde ya son cinco las generaciones que han mantenido viva esta práctica culinaria. Este 2025, la familia cumple 105 años preparando la receta original del Convento de Santa Mónica, reafirmando su papel como guardianes de una herencia que es tanto familiar como poblana. 

La Celebración Anual: Tradición, Apertura y Significado Comunitario

Durante gran parte del siglo XX y principios del XXI, la celebración anual se mantuvo como un evento privado, exclusivo para los miembros de la familia directa. Fue hasta el año 2017 que, en un gesto de apertura y compromiso con la memoria colectiva, la familia decidió extender la invitación a amigos cercanos y miembros de la comunidad, quienes desde entonces han participado como invitados especiales. Este acto de apertura transformó la celebración en un acontecimiento social con fuerte carga simbólica, donde convergen la tradición gastronómica, la fe heredada y la identidad poblana. El evento incluye la lectura de fragmentos de la historia familiar, una bendición de los alimentos, y la degustación de los chiles en nogada preparados según la receta original. Así, la familia Romero Téllez honra su pasado compartiéndolo con la comunidad, fortaleciendo lazos y contribuyendo a la preservación de la cultura local.

La celebración anual que realizan, abierta a la comunidad y cargada de simbolismo, representa un acto de resistencia cultural y una expresión viva del patrimonio intangible de Puebla.

Tradiciones Familiares y la Semana de la Preparación

Una de las tradiciones más entrañables que la familia Romero Téllez preserva es la "Semana de la Preparación" o "Semana del Picadillo", nombrada así por las abuelas Méndez. Durante estos días previos a la celebración principal, la familia se reúne para preparar todos los ingredientes del chile en nogada, especialmente la pelada de la nuez, que se realiza a mano en compañía de hijas, nietas y otros familiares.

Según los relatos, la abuela Méndez valoraba profundamente la convivencia familiar, pero al ver que con el paso del tiempo sus hijos y nietos comenzaban a vivir en otras ciudades o países, buscó establecer una fecha fija que no interfiriera con otras festividades como el Día de las Madres, el Día del Padre, Navidad o Año Nuevo. Fiel a su religiosidad y al valor de la tradición, estableció las siguientes reglas para todos sus descendientes:

  1. El día de reunión obligatorio será el día de la Virgen de la Asunción.

    • Desde 1950 hasta 1980, fue el 15 de agosto sin excepción.

    • A partir de 1981 y hasta 2024, se ajustó al fin de semana más cercano para facilitar la asistencia de todos los miembros de la familia.

  2. Para participar en la celebración, es obligatorio asistir al menos un día durante la Semana de la Preparación.

    • Esto garantizaba la convivencia intergeneracional y el trabajo colaborativo.

  3. El chile en nogada se preparará según la receta tradicional de la familia, sin alteraciones.

    • Desde 2015 se utiliza nuez humedecida para facilitar la limpieza.

    • Desde 2021 se omite el acitrón debido a su prohibición por SEMARNAT por la protección de la biznaga.

  4. Puntualidad estricta:

    • Todos los miembros deben estar presentes a las 2:00 p.m. el día de la reunión. Quien no esté a tiempo, no podrá comer chile en nogada.

    • No se prepararán más porciones y no se permiten "itacates".

    • No se ofrece alcohol por parte de los anfitriones, pero los invitados pueden llevar bebidas para compartir.

    • Quienes no participen en la preparación deberán contribuir con un postre o bebida para compartir.

    • Si la comida principal es en sábado, la abuela espera cerrar el domingo desayunando "posolito" con los presentes.



 Referencias: